Con 119 votos a favor y 3 en contra se despachó el proyecto que permitirá a los convencionales renunciar a su cargo, cuando “hechos graves afecten, severamente su desempeño”. Sin embargo, la iniciativa no contempla el reemplazo para convencionales que dejen su cargo cuando sean independientes.
La Cámara de Diputados aprobó por 119 votos a favor y 3 en contra el proyecto de reforma constitucional para que los convencionales constituyentes puedan renunciar a la Convención Constitucional.
Según señala la Cámara Baja, los constituyentes “podrán renunciar a su cargo cuando hechos graves afecten, severamente su desempeño” al igual que cuando “se ponga en riesgo el funcionamiento de la Convención Constitucional y así lo califique el Tribunal Calificador de Elecciones”.
Una de las mociones que dio origen al proyecto sostiene que el Congreso no reparó en la necesidad de establecer una regla especial para la provisión de vacantes que pudiesen producirse. Lo anterior, con ocasión de la cesación del cargo o la eventual renuncia de convencionales que formaron listas exclusivas de independientes.
El proyecto también indica que tampoco razonó de modo especial, las causas que podrían afectar la composición de la Convención Constitucional, “no obstante, el significado que una alteración de dicha composición podría adquirir ante la ciudadanía en el contexto de la crisis social y política que dio origen a su existencia”.
El documento también se refiere a que no habrá mecanismo de reemplazo cuando se trate de convencionales independientes, ya que se consideró que “las listas o partidos políticos deben hacerse cargo del tipo de personas que presentan”.
Cabe recordar que el proyecto de ley se despachó a raíz del caso del convencional Rodrigo Rojas Vade, quien se ausentó desde septiembre del año pasado, luego de reconociera que mintió sobre su diagnóstico de cáncer.
Los primeros días de marzo, Rojas Vade adelantó que se iba a reincorporar a su trabajo en la Convención ya que el Parlamento no había hecho nada para permitir su renuncia al órgano redactor.
Esto último movilizó a los parlamentarios quienes despacharon la iniciativa que envió el Senado y que aprobó el 2 de marzo.
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