¿Campaña del rechazo?: Presidente del Servel y ex militante de la UDI, Andrés Tagle, pone en duda elección democrática de la Convención

La crítica del también ex director de Codelco se enmarca en pleno proceso de votación de las normas constitucionales, meses después de que debería haber cumplido con su rol como presidente del Servel en lo que podría considerarse más bien una campaña en contra de la Convención.

Oportunista. Así se podría calificar al presidente del Servel, Andrés Tagle, quien cuestionó el carácter democrático de la elección que definió a los miembros de la Convención Constitucional justo cuando ésta se encuentra en votaciones decisivas y sin haberlo hecho antes, cuando realmente le correspondía por su rol. 

A través de una carta enviada a El Mercurio, el ex militante de la UDI denunció que en esos comicios el voto de cada ciudadano no tenía igual valor, “violando así un derecho humano esencial”.

“La Convención Constitucional también fue electa con desigualdades graves en el voto que ponen en duda su origen democrático”, afirmó. 

En concreto, el histórico experto electoral de derecha culpa al “sistema proporcional”, a través del cual se eligió a los constituyentes y que opera en elecciones parlamentarias desde el 2017. 

Para reforzar su crítica presentó cifras: “el voto de la Región de Aysén valió 5,9 veces más que el del distrito 11 (Providencia-Las Condes) y 8 (Maipú) y más de cinco veces que el de los distritos 10, 12, 14 de la RM”. 

En esa línea, aseguró que los escaños reservados también generan desigualdad electoral: “se les otorgó a los pueblos originarios un 10,9% de los escaños en base a su población, pero solo votó por ellos un 4,3% del total de votantes efectivos. Un 44,4% de los votantes indígenas optó por votar por convencionales no indígenas. 44.547 votantes indígenas no mapuches eligieron 10 escaños, su voto valió 13,6 veces más que el del votante promedio de la RM. 55 electores yaganes eligieron un escaño, su voto valió más de mil veces que el de los votantes de los distritos de la RM”.

Ahora bien, nadie pone en duda que uno de los mandamientos principales de la futura Carta Magna es resolver los problemas de desigualdad democrática. En ese sentido, Tagle no ha descubierto nada nuevo. 

Sin embargo, su reflexión omite que los escaños reservados representan un gran avance civilizatorio, pues incorporan a las decisiones políticas a grupos que históricamente han sido excluidos del Estado, como son los pueblos originarios. 

Pero lo que más llama la atención es que recién hoy, luego de 5 años, eleve una crítica al sistema proporcional de elecciones, pues se enmarca en pleno proceso de votación de las normas que ingresarán al borrador de la nueva Constitución. 

Si tenía esa información, ¿por qué no escribió esa carta antes? ¿Será que Andrés Tagle oculta intereses políticos y utiliza su puesto como presidente del Servel –una institución del Estado– para llevarlos a cabo? Porque, ojo: la carta no fue firmada por Tagle a título personal, sino como “Presidente del Consejo Directivo del Servicio Electoral”. 

Entonces, atendiendo al contexto, resulta inevitable pensar que Andrés Tagle está en contra de las propuestas que están aprobando los convencionales y que por eso, justo ahora, escribió esa carta cuestionando la legitimidad de la elección. La pregunta que sigue es: ¿Tagle está trabajando por la campaña del Rechazo? 

“Territorios sobrerrepresentados en escaños respecto de su población, escaños designados, asignados o reservados a determinados sectores o estamentos, son trampas a la democracia. Son subterfugios propios de las dictaduras para perpetuar su poder bajo la apariencia de elecciones democráticas”, se lee en los últimos párrafos de la misiva. 

Tres cosas. 

Primero: resulta vergonzoso comparar una elección democrática que fue aplaudida en todo el mundo por garantizar la paridad de género y la participación de pueblos originarios, con los “subterfugios propios de las dictaduras”. Más aún cuando esa comparación proviene de una figura como Andrés Tagle representa a un sector político –la UDI– que respaldó la dictadura militar en Chile, la que justamente canceló la democracia y perpetuó en el poder durante 17 años a Augusto Pinochet. 

Segundo: la crítica del ex director de Codelco no levantaría tanta sospecha si es que la hubiera hecho años antes. El sistema binominal generaba una desigualdad aún más profunda. Y, sin embargo, cuando era encargado electoral de la UDI, defendió férreamente ese sistema. 

Y tercero: Tagle no llegó a ser presidente del Servel por una elección democrática. El resultado de su nombramiento fue producto de un cuoteo político. “La nominación del señor Tagle llega sólo por su militancia política, cuoteo político”, acusó en 2016 la entonces senadora de Renovación Nacional, Lily Peréz. 

En conclusión, los comentarios de Andrés Tagle carecen de legitimidad.