Cita con la ultraderecha y participación en cumbre “antiaborto”: La gira de José Antonio Kast y Rojo Edwards en Europa

Tanto el ex candidato presidencial como la cabeza del Partido Republicano visitaron Budapest, Hungría, para reunirse con líderes conservadores en actos paralelos. El Primer Ministro de dicho país, Viktor Orbán, ha sido criticado por sus políticas anti migración y LGTBI.

Nicolás Muñoz Cáceres, corresponsal de La Red en Europa

Desde que perdió la segunda vuelta ante Gabriel Boric, José Antonio Kast asumió un segundo plano en el Partido Republicano. A comienzos de año renunció a la presidencia de la colectividad para darle paso a “nuevos liderazgos”. En ese contexto desapareció de los medios, casi no ha dado entrevistas y se ha volcado a opinar de la contingencia sólo a través de sus redes sociales.

A comienzos de abril asumió la presidencia de Political Network for Values (Red Política por los Valores), una organización que dice “defender valores como la protección de la vida humana, el matrimonio, la familia o la libertad religiosa y de conciencia”. Kast integra la PNfV desde 2015 y hasta hace poco tiempo formaba parte de su Consejo Asesor.

Por eso llamó la atención el mensaje de Twitter que publicó la noche del pasado miércoles en un avión junto a su esposa, María Pía Adriasola. Ahí, burlándose del lenguaje inclusivo, escribió que iba camino a una “interesante gira internacional”.

La siguiente publicación fue la cuenta regresiva para el IV Encuentro Transatlántico en Budapest, la capital de Hungría. En el detalle del afiche se traduce desde el inglés: “Libertad en juego, construyendo y fortaleciendo una agenda a favor de la libertad mundial”. En lo escrito por el ex diputado UDI estaba la etiqueta #Pnfvsummit2022, cuyas siglas PNfV hacen referencia a la organización internacional que preside.

Sin embargo, el viaje de Kast tuvo una escala importante: Madrid, España. Ahí fue invitado a El Gato Al Agua, un programa de debate político de El Toro TV, conocido como “el canal de televisión de VOX”, el partido ultraderechista español. En 36 minutos de conversación dijo que la coalición de gobierno es “muy de izquierda porque sumó al Partido Comunista”, que en 2017 apoyó “por responsabilidad y no por convicción” la segunda vuelta de Piñera, insistió en que Daniela Vega es hombre para criticar -según sus palabras- la ideología de género y que al gobierno de Allende “lo derrocó el pueblo, no los militares que respondieron a un llamado de la ciudadanía”.

Luego del programa Kast subió una foto donde dice “Disfrutando una exquisita Merluza en la Plaza Mayor de Madrid”. El mensaje tiene un doble sentido ya que después del cambio de mando el periodista radial español Carlos Herrera trató al Presidente Boric de “merluzo” por haber culpado al Rey de España del retraso protocolar.

Al día siguiente se reunió con Santiago Abascal, el presidente de VOX. Este mencionado partido de ultraderecha es el símil español al Partido Republicano que fundó Kast. De hecho no es la primera vez que se ven y decidieron apoyarlo públicamente en la pasada elección presidencial.

Entre los lineamientos de VOX se encuentran posturas antiimigración, la derogación a la ley de aborto en España, la idea de convertir a su país en un paraíso fiscal, sustituir las leyes contra la violencia de género “por leyes contra la violencia doméstica intrafamiliar que no discriminen al varón” y criticar al feminismo “supremacista”.

Días intensos de Kast en la capital española. Por eso no es de extrañar que, contactados por La Red, desde su equipo rechazaron cualquier tipo de entrevista porque su agenda estaba “full”. De hecho, pasó varios días en Budapest, a raíz del Encuentro Transatlántico.

También llama la atención la participación del diputado Stephan Schubert en un bloque llamado “Defender y promover la vida, la familia y la libertad en los parlamentos nacionales”.

Según una publicación de La Tercera, tanto Schubert como otros diputados republicanos que también viajaron a Hungría (Chiara Barchesi, Cristián Araya y Benjamín Moreno) avisaron a la Cámara de su salida al extranjero aprovechando la semana distrital.

La “agenda paralela” de Rojo Edwards

Pero el que cruzó el charco antes que el resto de los republicanos fue el presidente del partido, Rojo Edwards. El senador expuso en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC por sus siglas en inglés), también desarrollada en la capital de Hungría. En nueve minutos de exposición dijo, en inglés, que hoy la izquierda latinoamericana “se disfraza de demócrata y bajo fuerte violencia callejera y propaganda política fuerza que los problemas de todos son causados por el neoliberalismo”.

Además, Edwards hizo un llamado a rechazar la Constitución “socialista e indigenista” y habló con orgullo de los “movimientos conservadores nuevos, fuertes y sin complejos que están reemplazando a la vieja y débil derecha política”. Y finalizó con un llamado: “conservadores del mundo, como patriotas, uníos”. Una frase quizás sarcástica y de doble lectura, considerando que se la atribuye a los padres del comunismo y la dijo, justamente, en un país que rápidamente renegó de dicha ideología con la caída de la Unión Soviética.

El senador contó a La Red que además de su participación en la CPAC, confirmó su asistencia al IV Encuentro Transatlántico. Esto, pese a que entre lunes y miércoles fue parte de la delegación de parlamentarios (junto a los diputados Cristián Araya y Benjamín Moreno) que visitó Ucrania: recorrieron Kiev, Irpin y Bucha junto a autoridades de dicho país.

La Hungría de Orbán

No es casual que estos dos eventos conservadores se den en Budapest, la capital de Hungría. Desde hace más de una década gobierna el partido Fidesz, de corte católico y nacionalista, liderado por Viktor Orbán. Este Primer Ministro causó polémica entre 2015 y 2016 por construir barreras de más de 200 kilómetros en sus fronteras con Serbia y Croacia para evitar la llegada de inmigrantes. Vaya similitud con el muro de Donald Trump en Estados Unidos y la zanja de José Antonio Kast en nuestro país.

Más recientemente, este año, Orbán sufrió un revés: el Parlamento húngaro había aprobado una ley considerada como homófoba por “prohibir mostrar o promocionar la homosexualidad a menores de edad”. Sin embargo, tras una infracción de la Unión Europea, debió llevar la legislación a un referéndum, que sucumbió al no alcanzar el quórum requerido de los votos válidos. Aunque en paralelo, en las elecciones generales, su partido arrasó con más del 50% de los votos, pese a la unidad de la oposición.

Ese es el país donde Kast, Edwards y otros parlamentarios del Partido Republicano se dieron cita este jueves y viernes.