Cristián Larroulet: el único compañero de Piñera en sus últimos días

Pese a ser cuestionado por aferrarse al “status quo” y por la represión que sufrieron cientos de personas durante el estallido social, el jefe del Segundo Piso es el único miembro del núcleo político de Piñera que sobrevivió en el gobierno peor calificado desde el retorno a la democracia.

Quedan 18 días para que finalice el Gobierno de Sebastián Piñera, el cual pareciera que hubiera durado décadas. Pues durante los últimos 4 años se desataron auténticos vendavales que hicieron tambalear más de una vez a los miembros de La Moneda y que los dejó al borde del precipicio. 

Estallido social, acusaciones de violaciones de derechos humanos, expansión de la delincuencia y el narcotráfico, la venta de Dominga y la agudización de la violencia en el sur y una delicada crisis migratoria en el norte son parte del prontuario que definirá a la administración–Piñera en los libros de la historia. 

Las cifras hablan por sí mismas. Según la última encuesta Cadem, el actual gobierno es el peor que ha tenido el país desde el retorno a la democracia. Esto porque el 51% de los chilenos lo califica como malo o muy malo.

Tal estadística explica por qué durante estos 4 años rodaron tantas cabezas al interior del Palacio. Piñera sacrificó una y otra vez a sus ministros en lo que fueron intentos desesperados por salvar el barco, apostando a que nuevos rostros llevarían consigo la fórmula para no naufragar. Sin embargo, hubo una persona de su núcleo político que, pese a ser constantemente emplazado por la ciudadanía, se mantuvo intacto: hablamos de Cristián Larroulet 

El jefe del Segundo Piso es el hombre de confianza de Piñera. Es por ello que El Mercurio lo describió en su edición del domingo como el “el último sobreviviente de La Moneda”.

Sobrevivió, efectivamente, y tal vez de forma inesperada, porque durante el estallido social fue apuntado como uno de los principales culpables del malestar. La figura de Larroulet es asociada a la derecha dura y conservadora, aquella que defiende férreamente el statu quo y los últimos 30 años; y eso es justamente lo que Chile –la gran mayoría al menos– exigía cambiar por aquellos ajetreados días de octubre. 

Con justa razón entonces el jefe de los asesores del Presidente es considerado el “último Chicago Boy en ejercicio”. 

“Nicolás Maduro” y la represión de Carabineros

El afán de Larroulet por evitar que el modelo chileno sufriera cambios lo llevó a levantar conspiraciones infundadas sobre la revuelta de octubre, acusando que su origen estaría en una presunta coordinación de la extrema izquierda internacional liderada por Nicolás Maduro. 

“Denunciar la dictadura de Venezuela no es gratis”, expresó el economista en una reunión con algunos ministros en noviembre del 2019. “No hay que ser ingenuos, aquí hay catalizadores”. 

Ninguna de esas conjeturas fueron comprobadas. Lo que sí fue comprobado por prestigiosos organismos internacionales —como la ONU y la CIDH— fue que durante el periodo del Mandatario al que Larroulet asesoró se violaron los derechos humanos de cientos de chilenos; al menos 400 compatriotas sufrieron lesiones de trauma ocular. 

En ese oscuro contexto, el líder del Segundo Piso fue denunciado como uno de los mayores responsables de la brutal represión que sufrieron los manifestantes a manos de Carabineros. ¿Por qué? Pues porque su misión consistía justamente en asesorar al Presidente. Además, sabido es que Larroulet estaba dispuesto a hacer todo lo posible para evitar que el neoliberalismo chileno se derrumbara. 

Pese a todo esto, Piñera lo respaldó siempre. A fin de cuentas, Larroulet es el pilar político del mandatario. Prueba de ello es que Piñera habla con él por teléfono al menos tres veces al día, según afirma El Mercurio. 

Cuando Larroulet estuvo a punto de desertar

El hecho de que Larroulet sea el único sobreviviente del ciclo Piñera no quiere decir que no haya pensado en dar un paso al costado. 

Así sucedió en abril del año pasado, cuando el Tribunal Constitucional rechazó el requerimiento del gobierno que buscaba frenar el tercer retiro. La decisión de recurrir a aquella instancia –que significó una durísima derrota para el Ejecutivo– fue obra de Larroulet. 

La situación desató la furia de parte del oficialismo, que no titubeó en cuestionar el rol del máximo asesor del Mandatario. “Debería renunciar (…), pero no lo va hacer y el Presidente lo mantiene”, expresó de forma categórica el por entonces candidato presidencial, Mario Desbordes. 

Larroulet cedió a la presión y presentó su renuncia a Piñera. Sin embargo, tal como había advertido Desbordes, el Presidente la rechazó y le pidió que se mantuviera en el cargo. Larroulet aceptó. Después de todo, se dice que el jefe del Segundo Piso ha sido tan “leal a Piñera como a sus propias ideas”.

Su fidelidad es tal que sus cercanos aseguran que en el ocaso de su mandato se encuentra elaborando un documento con el cual pretende demostrar el valor de la gestión de Piñera. Afirman, además, que se muestra confiado de que la historia juzgará de forma positiva al Mandatario. 

Claramente, Larroulet desconoce el ejercicio de la autocrítica. Lo cual resulta preocupante, pues: ¿cómo un asesor podría aconsejar de manera honesta a un Presidente si constantemente le está regalando aplausos? Toda autocomplacencia nubla el juicio. 

En fin, la historia cae por su propio peso. Lo único seguro es que el último Chicago Boy ya decidió que buscará continuar su carrera en el mundo académico.