“Estamos en guerra contra un enemigo poderoso”: el día que Piñera culpo a Venezuela y Cuba del estallido social

En nuestro especial de cuenta regresiva hoy recordamos el día en que el mandatario habló de guerra para explicar el descontento de una ciudadanía cansada de los abusos. Un mes estuvo la Inteligencia de Carabineros investigando antecedentes de miles de venezolanos, siguiendo la tesis de un informe que hablaba de que agentes extranjeros estaban tras el estallido social de octubre.

“¿Cómo le explicaría a un niño que el Presidente hable de que estamos en una guerra?”

Sin contexto, más de alguien podría pensar que esa interrogante está dirigida a alguna autoridad de Ucrania, a raíz de la guerra que se está viviendo en ese país tras la invasión de Rusia.

Sin embargo, esa pregunta fue realizada en Chile el 21 de octubre de 2019 a la por entonces ministra de Educación, Marcela Cubillos, un día después de que el Presidente, Sebastián Piñera, pronunciara la recordada frase “estamos en guerra contra un enemigo poderoso”, a solo dos días del estallido social.

En esa oportunidad Cubillos evitó responder y le dio el pase a su par de Transporte, Gloria Hutt.

A más de dos años de la polémica y criticada frase de Piñera, cobra particular relevancia a raíz de la guerra que se está desarrollando en Ucrania, donde algunos medios y autoridades chilenas miran con asombro lo que está ocurriendo en Europa.

Teniendo claro que no es comparable lo que está ocurriendo en Ucrania con lo vivido en Chile durante el estallido social de 2019, sí llama la atención las declaraciones de Piñera respecto al conflicto bélico, donde se ha mostrado preocupado por los actos que, como ha expresado, “atentan contra vidas inocentes”.

“Condenamos la agresión de Ucrania por parte de Rusia pese a los diversos llamados de la comunidad internacional al diálogo, con miras a encontrar una solución pacífica al conflicto”, dijo en febrero de este año tras los primeros movimientos de tropas rusas en la frontera con Ucrania.

Llama la atención que Piñera condene las agresiones a inocentes a miles de kilómetros, pese a que no hizo lo mismo cuando su propio gobierno mutiló y violó los derechos humanos de los ciudadanos que simplemente salieron a ejercer su derecho a manifestarse, en esa oportunidad, por el alza del pasaje del transporte público y que desencadenó protestas masivas tras años de abusos.

Un día después del “estamos en guerra” de Piñera, el recién asumido jefe de la Defensa Nacional en la Región Metropolitana, Javier Iturriaga, le quitaba el piso al mandatario asegurando que “no estoy en guerra con nadie”,

“Yo soy un hombre feliz, la verdad es que no estoy en guerra con nadie”, señaló para bajar la temperatura del ambiente que se respiraba por esos días.

Un año después de la desafortunada frase de Piñera, se reveló que días antes había recibido, de manos del entonces ministro de Defensa, Alberto Espina, un informe elaborado por la Dirección de Inteligencia Nacional del Ejército (DINE).

El documento hablaba de que el Ejército estaba en conocimiento de una “ofensiva insurreccional para Chile” gestada por las inteligencias venezolana y cubana, donde 600 agentes venezolanos habrían ingresado al país.

Todo se derrumbó cuando se supo que el líder de la supuesta ofensiva extranjera era en realidad un youtuber y tuitero fanático del gobierno de Nicolás Maduro, quien estaba lejos de querer desestabilizar a algún país de la región.

Sin embargo, esta información hizo que por un mes la Dirección de Inteligencia Policial de Carabineros (DIPOLCAR) se dedicara a investigar los delitos ocurridos durante el estallido social bajo la errónea hipótesis de la invasión extranjera, según reveló un reciente reportaje de CIPER.

La inteligencia de Carabineros revisó antecedentes de más de 23.000 venezolanos que habían ingresado o salido de Chile durante los últimos meses.

Un mes de iniciadas las manifestaciones en contra del gobierno de Piñera, un informe de la DIPOLCAR, echaba por tierra la hipótesis de una ofensiva extranjera y le daba la razón a lo que miles de chilenos exigían en las calles dignidad y terminar con los abusos de la clase dirigente.

El mismo documento se afirmaba que las causas de las manifestaciones eran por “procesos de desigualdad” que afectan a ciertos sectores de la sociedad donde hay “rabia y protesta” acumulada.

“Perdimos cerca de tres semanas buscando antecedentes que no existían”, dijo a CIPER una de las personas que participó en las investigaciones de Carabineros.

De acuerdo con cifras del Ministerio Público y del INDH, las que fueron recogidas por Amnistía Internacional (AI), a marzo de 2021 se contabilizaron más de 8.000 víctimas de violencia estatal y más de 400 casos de trauma ocular producto de la represión de los agentes del Estado durante el estallido social de octubre.

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