El Gobierno sigue evadiendo responsabilidad por la crisis migratoria: Delgado asegura que críticas a Piñera por viaje a Cúcuta son “caricatura”

El ministro del Interior defendió al presidente y descartó que su viaje a Cúcuta en 2019, donde intentó derrocar al gobierno de Nicolás Maduro y le abrió la puerta a la migración venezolana, tuviera mayor injerencia en la situación del norte del país. Con esto el Gobierno nuevamente se desmarca de la crisis migratoria, pese a que no ha podido controlarla y que sus ministros han abandonado sus funciones cuando más ha crecido el descontento social.

Durante las últimas semanas, la crisis migratoria que vive el norte del país se ha agudizado y ha desatado tensas protestas ciudadanas, con violentos ataques a algunos de los migrantes refugiados en la zona, así como también una ola de críticas al Gobierno.

También provocó la huelga de gremios de camioneros, que este fin de semana tuvieron bloqueadas las carreteras del norte ante la pasividad del Ejecutivo, que no quiso aplicar la Ley de Seguridad Interior del Estado como sí lo ha hecho sistemáticamente para reprimir la protesta social.

Ayer ambas partes llegaron a un acuerdo que tiene como uno de sus puntos la aplicación del Estado de Excepción en las provincias de Arica, Parinacota, Tamarugal y Loa. En medio de este oasis de calma, el Gobierno nuevamente aprovechó de evadir la responsabilidad por la coyuntura política que atraviesa el país.

El ministro del Interior Rodrigo Delgado calificó como una “caricatura burda” las críticas que ha recibido el presidente Sebastián Piñera por su viaje a Cúcuta en febrero del 2019, donde, en un intento por derrocar al gobierno de Nicolás Maduro, instalar un mandato del auto proclamado “presidente encargado” Juan Guaidó y erigirse como un referente democrático en Latinoamérica, le abrió las puertas a la migración de venezolanos en un supuesto acto de solidaridad internacional.

Hoy esa cruzada de Piñera le explota en la cara. Desde inicios del año pasado que Chile recibe un descontrolado flujo de migración irregular que ha colapsado las ciudades del norte, ha dejado múltiples migrantes muertos en los pasos fronterizos no habilitados y ha germinado un creciente descontento social en parte de la población.

“La caricatura de Cúcuta no resiste análisis cuando uno ve los datos: entraron muchos más venezolanos antes de Cúcuta que después del tema; está demostrado, 300 mil venezolanos antes, y la mitad después”, aseguró Delgado en radio Cooperativa.

“Cuando va un presidente a apoyar la libertad, el tema humanitario, y dice que Chile es un país solidario, es que entren por la puerta, diciendo a qué van y de día, no por la ventana, de noche y mintiendo”, continuó el ministro, explicando con una metáfora que el Ejecutivo no puede asumir culpas por la migración irregular que recibe el país que gobierna.

“Me invitan a una casa y no entro por la ventana a las 5 de la mañana y más encima quiebro un jarrón”, graficó.

Esta defensa corporativa se da luego de bochornosos episodios protagonizados por el Gobierno en plena crisis migratoria en el norte. Uno de ellos fue el viaje a España del ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand, quien sostuvo enmarcada en el nuevo cargo que ahora ocupa: Secretario General Iberoamericano.

La lluvia de críticas que esto generó provocó incluso la renuncia de Allamand a la Cancillería. En ese contexto, también fue acusado de hacer lobby para obtener su nuevo puesto de trabajo mientras era ministro, ya que, durante su gestión, el Ministerio de Relaciones Exteriores duplicó su aporte monetario al ´órgano internacional entre los años 2018 y 2021.

Días antes de que estallara el caso Allamand, el propio presidente Piñera contribuyó a tensionar aún más la coyuntura política al tomarse vacaciones en medio de la crisis migratoria. Posteriormente, el presidente tuvo que retractarse de su decisión e interrumpir sus vacaciones.

Otros miembros del Ejecutivo también abandonaron La Moneda en las últimas semanas. Durante la semana pasada se conoció que, además de Piñera, 19 ministros se encontraban de vacaciones.

Tal era la confusión del Gobierno, que ni el propio subsecretario General de la Presidencia, Máximo Pavez, sabía cuáles eran los ministros que se encontraban en funciones en ese momento.