Max Quitral y la “desnazificación” de Putin en Ucrania: “La zona del Donbass ha sido perseguida étnicamente desde el 2014”

El doctor en Ciencia Política y analista internacional se aventura a proyectar el porvenir de este conflicto que ya ha cobrado 564 vidas civiles. ¿Quién será el gran ganador y el gran perdedor? ¿Cuál será el nuevo orden mundial? ¿Putin aspira a revivir el orgullo de la Unión Soviética? ¿Ucrania está condenada a vivir a la sombra de su país vecino? ¿Puede Europa y Estados Unidos cortar relaciones con Rusia sin morir en el intento? ¿Qué pasa con China? En conversación con LaRed.cl, Máximo Quitral aborda estas interrogantes. Incluso, cuestiona el gesto del nuevo Presidente de Chile, quien no dudó en confesar su admiración por Zelenski, su par ucraniano. “En conflictos de esta naturaleza, lo mejor es mostrarse neutral”. El politólogo es categórico: el gobierno de Boric “es un aliado de Estados Unidos”.

Por: Miguel Fabia

Expectante. Así se mantiene el historiador y analista internacional Máximo Quitral a cada movimiento del conflicto bélico que remece al mundo. Por lo mismo, no titubea a la hora de pronosticar al ganador. 

“Todo indica que Putin finalmente logrará sus objetivos”, dice. “Pienso que el presidente Zelenski está en una situación muy complicada”. 

De hecho, las tropas rusas están a solo 25 kilómetros de Kiev, de acuerdo a los informes del Ministerio de Defensa británico. 

Tras 18 días de combate, 2.6 millones de personas han huido del territorio ucraniano, según estimaciones de la ONU. En tanto, 564 civiles han muerto; 41 de ellos eran niños.  

El panorama se vislumbra oscuro para el país de 44 millones de habitantes. Lo peor, es que han quedado abandonados a su suerte; la OTAN ya ha descartado la posibilidad de intervenir, pues de lo contrario, se produciría un enfrentamiento directo con Rusia y la guerra podría escalar a niveles catastróficos. 

La OTAN se mantiene al margen. Hablamos de la alianza militar de occidente a la cual aspiraba ingresar Volodímir Zelenski, lo que desató la furia de su homólogo ruso, quien consideró esa intención como una amenaza a la seguridad de su nación. 

Putin estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para evitar que Estados Unidos instalara misiles a las puertas de su país, en la frontera con Ucrania. Por ello, las condiciones impuestas por el ex espía de la KGB para cesar el ataque son claras: Ucrania debe olvidarse del deseo de ingresar a la OTAN.

Pero no sólo eso. También, Zelenski debe reconocer la controversial anexión de la península de Crimea a Rusia y aceptar la independencia de la región separatista del Donbass, ubicada al Este de Ucrania y donde predomina un profundo sentimiento ruso. 

Esta última fue la causa que usó Putin para justificar la invasión a su país vecino. “Desnazificar” y “desmilitarizar”, fueron las palabras empleadas por el mandatario ruso el 24 de febrero, cuando anunció el inicio de una “operación militar” en Ucrania, denunciado un supuesto “genocidio” contra la población rusoparlante del Donbass.

“La zona del Donbass ha sido perseguida étnicamente desde el 2014 hasta la fecha. Esa situación influyó para que el gobierno ruso tomara la decisión de actuar militarmente”, explica Max Quitral, quien además es doctor en Ciencia Política y Director del Instituto de Política Latinoamericana (Ipolat).

Ahora bien, ¿hay nazis en Ucrania? ¿Qué relación tienen con el gobierno de Zelenski y el presunto genocidio en el Este del país? En todo caso, la pregunta de fondo es otra: ¿esos son los verdaderos objetivos que mueven al implacable jefe del Kremlin? ¿O acaso mantiene una nostalgia por el pasado y planea expandir las fronteras de su nación hasta restablecer lo que fue la Unión Soviética? 

“No es que se busque restablecer la URSS, no está dentro de los planes. Se busca darle estabilidad a las zonas en disputa y evitar que Rusia se vea amenazada por las fuerzas de occidente”, precisa el politólogo.

–Desde Moscú han acusado que los últimos gobiernos ucranianos, incluido el de Zelenski, han trabajado junto a grupos paramilitares nazis para perseguir a la población rusoparlante del Este del país. 

–Sí. Hay bastante evidencia que confirma la presencia de fuerzas nazis, que luego fueron integradas al gobierno, específicamente al Ministerio de Asuntos Interiores del gobierno ucraniano. De hecho, este batallón tuvo un rol protagónico en la caída del gobierno de Víktor Yanukóvich en 2014 y ha sido parte de la limpieza étnica en la zona del Donbass. Contra los rusoparlantes.

–Putin ha denunciado a Ucrania de provocar un “genocidio” en la región del Donbass, lo que ha sido descartado sin mayor análisis por parte de los medios de comunicación occidentales. ¿Qué hay de cierto en las palabras del líder ruso? 

–Eso es real. Lo que ha pasado en la zona del Donbass es justamente la intención de borrar todo lo relacionado con Rusia, incluyendo a la población que se sienta parte de ella. Una especie de rusofobia a todo aquel que sienta interés por acercarse a Putin y todo lo que representa. Por lo mismo, el Kremlin le otorgó la nacionalidad rusa a los habitantes de Donetsk y Lugansk, condición que obliga al gobierno ruso a defender a sus ciudadanos, pues son rusos. Es algo que la prensa omite, pero también hay un aspecto legal que de cierta forma respalda el actuar de Putin en la zona.

–La OTAN rechazó la petición de Zelenski de cerrar el cielo aéreo en Ucrania. Las tropas rusas, en tanto, están a sólo 25 km de Kiev. La caída de la capital es inminente. Entonces, ¿Ucrania está con las manos atadas? ¿No tienen más opción que someterse a las condiciones de Rusia, esto es, reconocer la anexión de Crimea, aceptar la independencia de Lugansk y Donetsk, y abandonar toda intención de ingresar a la Unión Europea y la OTAN? 

–Pienso que el presidente Zelenski está en una situación muy complicada. Es muy difícil que su posición en el conflicto se termine por imponer, por lo que tendrá que aceptar las condiciones que está imponiendo Rusia. Tanto los países de la OTAN como EE.UU. ya comunicaron que no van a intervenir en el conflicto, dejándolo prácticamente solo. Todo indica que Putin finalmente logrará sus objetivos.

–Por eso, Zelenski los acusó de “cobardes” y los culpó por las próximas muertes que deje este conflicto. ¿Cuánto afectará a la imagen de la OTAN, particularmente de Estados Unidos, las duras críticas que ha hecho Zelenski?

–Sin duda alguna que tanto la OTAN como EE.UU. quedarán con una imagen muy dañada. No sólo porque sus actitudes han sido cuestionadas, sino que también porque al final dejaron solo a Zelenski y queda en la opinión pública que usaron a Ucrania con el afán de perjudicar a Rusia. El tiempo nos dirá cómo quedó la imagen de ambos actores tras el conflicto.

–¿Cuánto más podrá resistir Rusia las restricciones económicas impuestas por Occidente?

–Pienso que puede resistir perfectamente por bastante tiempo, ya que esta operación se venía pensando hace mucho rato, y todo el equipo que acompaña al presidente Putin tenía claro que se le impondrían sanciones económicas. Rusia se preparó para esto y tenía claro cómo reaccionarían las potencias centrales. Por eso, el ministro de Economía de Alemania pidió mesura con estas medidas, pues Europa se podría ver más afectada de lo presupuestado.

–En esa línea, ¿puede Europa darse el lujo de cortar relaciones con el Kremlin, teniendo en cuenta su considerable dependencia del gas ruso?

–Cortar todo vínculo político con Rusia resulta muy arriesgado para Europa. Es su principal abastecedor de gas y petróleo, por lo que si Rusia se siente muy amenazada y la situación lo amerita, perfectamente puede cerrar la llave y dejar en una posición muy difícil a Europa. Esta dependencia es una especie de contención para medidas más extremas que puedan tomar los países occidentales.

–¿Cómo cuáles?

–El ataque militar a Rusia. Eso sería catastrófico para Europa y para el mundo. Es algo que se debe evitar a toda costa, pues los costos de una nueva guerra serían altísimos para la población civil.

–El presidente Joe Biden canceló la importación de gas y petróleo ruso. ¿Cómo afectará a la economía de EE.UU. está decisión? 

–En EE.UU. hay un problema inflacionario desde hace rato y la tensión política con Rusia de seguro impactará en su economía. Biden ha tenido un problema económico en su gestión que con esta crisis no solo no se va a resolver, sino que se puede agudizar. El tema son los efectos que tendrá esta delicada situación económica en la popularidad del presidente. Es algo que hay que mirar.

–EE.UU. cortó relaciones con Rusia debido al conflicto. No obstante, ahora busca retomar las negociaciones con Venezuela para adquirir petróleo, pese a que ese país es una dictadura. ¿Cómo se puede leer esta contradicción?

–Bueno, la decisión de la administración de Biden de acercarse a Venezuela y acceder a su petróleo es pragmatismo político en su máxima expresión. Es decir, hoy Venezuela se convierte en un aliado importante para EE.UU., pues con ese acercamiento evita que su país se quede sin reservas de petróleo. Al margen de la mirada crítica que tiene de la administración del presidente Maduro, el pragmatismo fue más fuerte y dado el contexto con Rusia, hoy Venezuela le resuelve un problema concreto.

–Y a China, ¿le conviene este conflicto? 

–No sé si a China le conviene este conflicto, pero lo que sí creo es que puede aumentar su influencia política a escala global. O sea, todo este problema va a definir una nueva configuración geopolítica y ahí China puede ser aún más gravitante. Con Rusia son socios políticos y entre ambos han buscado mecanismos de transacción económicas alternativas a las de Occidente. El conflicto en Ucrania abrirá un nuevo ciclo político y ambos países jugarán un rol fundamental.

–¿Quién supones que será el gran ganador y perdedor de esta guerra?

–Si los acontecimientos se inclinan hacia Rusia, sin duda alguna Vladímir Putin será el gran ganador y el gran derrotado sería EE.UU., pues fue uno de los principales instigadores para que Ucrania tomara distancia de Rusia. Putin no sólo impondrá sus condiciones, sino que también aprovechará el impulso para reconfigurar el mundo, donde China tendrá un papel clave en lo que viene.

–Hablemos del nuevo Presidente de Chile. Tras la invasión rusa, Gabriel Boric salió rápidamente a respaldar a Zelenski y a condenar a Putin. Políticamente, ¿fue una buena jugada?

–Pienso que no fue una buena decisión, pues en conflictos de esta naturaleza lo mejor es mostrarse neutral y empujar para que la diplomacia se imponga. Sobre todo por las graves acusaciones en contra de Zelenski de apoyar la limpieza étnica en el Donbass. A mi modo de ver, fue una mala declaración.  

–En algunos medios ha trascendido la noticia de que asesores internacionales de Boric ya han tomado contacto con diplomáticos estadounidenses. ¿El nuevo gobierno será un fiel aliado del país norteamericano?

–Hay varias señales que indican que el nuevo gobierno tiene estrechos vínculos con EE.UU. Hay reconocidos asesores que son muy cercanos a la administración de Biden y eso explica la distancia que se tomó con Venezuela y el apoyo inmediato a Zelenski. Claramente, el nuevo gobierno es un aliado de EE.UU.