No hay justicia para Lissette Villa: ex cuidadoras del Sename que causaron su muerte cumplirán condena en libertad vigilada

El 4º Tribunal Oral en lo Penal de Santiago decretó que Thiare Oyarce y Conne Fritz, las ex educadoras del Sename que le quitaron la vida a la menor Lissette Villa, podrán cumplir su pena de cárcel bajo el beneficio de libertad vigilada. Este caso fatal cuya víctima es una niña de 11 años, no sólo desnudó la oscura realidad que sufren miles de niños, niñas y adolescentes en establecimientos del Sename, sino que además dejó en evidencia la triste deuda que mantiene la Justicia respecto a miles de menores de edad que han perdido la vida bajo la custodia del Estado. 

Asfixiaron a una niña hasta causarle la muerte. Su nombre era Lissette Villa y sólo tenía 11 años. Y, sin embargo, las culpables de esta desgracia sólo fueron condenadas a cumplir una pena de cárcel bajo libertad vigilada. 

Ocurrió el 11 de abril de 2016 a eso de las 20:00 horas en una de las habitaciones del Centro de Reparación Especializada de Administración Directa, Cread Galvarino, un ex recinto perteneciente al Servicio Nacional de Menores (Sename) ubicado en Estación Central.

De acuerdo a la investigación de la Fiscalía Regional de Los Lagos, la menor habría protagonizado un mal comportamiento. Ante esto, las dos educadoras de trato directo –que en ese momento estaban a cargo– decidieron inmovilizar a Lissette de la forma más cruel, brutal e inhumana.  

Thiare Oyarce y Conne Fritz pusieron a la niña en el suelo, boca abajo. Oyarce la redujo sujetando fuertemente sus extremidades inferiores, provocándole lesiones. La otra “cuidadora”, en tanto, quien a la fecha pesaba 90 kilos, se subió sobre el cuerpo de la pequeña Lissette, presionando de este modo su tórax y espalda contra el piso, mientras que con sus manos afirmaba las extremidades superiores de la víctima para mantenerla sometida.

La tortura se prolongó por varios minutos, lo que impidió que la niña pudiera realizar aquella natural oscilación respiratoria de inspiración y espiración. Poco a poco, el oxígeno dejó de ingresar a sus pulmones. 

El informe de autopsia arrojó que Lissette presentó rasguños en sus mejillas. Los peritos forenses consideran que, ante la desesperación por liberarse de las manos de Thiare Oyarce y los 90 kilos de Conne Fritz, la víctima sacudió desesperadamente su rostro por el suelo, acción que le habría causado esas heridas en sus mejillas. Aquel intento por zafarse fue inútil. Al poco tiempo, la niña se orinó y su corazón dejó de latir. 

Así fue como las dos cuidadoras del Sename le arrebataron la vida a Lissette Villa de sólo 11 años. 

La sentencia 

El 19 de noviembre de 2021, el 4º Tribunal Oral en lo Penal de Santiago declaró culpables a Thiare Oyarce y a Conne Fritz por apremios ilegítimos con resultado de muerte contra Lissette Villa al interior del Cread Galvarino el 2016. La Fiscalía exigía siete años de cárcel para las ex educadoras de trato directo del Sename.  

Finalmente, este viernes se conoció la sentencia: Oyarce y Fritz recibieron cuatro y cinco años de presidio, respectivamente. Sin embargo, el mismo tribunal determinó que ambas culpables de la muerte de la niña de 11 años podrán cumplir su condena bajo el beneficio de libertad vigilada intensiva, debido a que ninguna registraba antecedentes penales previos. 

No obstante, el fallo fue claro: “producto de la acción de ambas acusadas, la que se mantuvo hasta que la niña dejó de moverse, L.V.P. falleció por asfixia mecánica combinada con elementos de sofocación”.

Tras leer esto, surge de forma inmediata la pregunta: ¿cómo es posible que dos personas que asesinaron por “asfixia mecánica combinada con elementos de sofocación” a una pequeña de sólo 11 años no vayan tras las rejas? ¿Acaso este hecho no constituye un delito suficiente para merecer dicha pena? ¿De qué forma debe morir un niño o niña entonces para que los autores cumplan penas efectivas de cárcel?

El otro dato concreto es que la coordinadora de turno que por entonces trabajaba en el Cread Galvarino, Jessica Figueroa, y la ex directora del establecimiento, Mónica Monje, acusadas de no haber evitado la muerte de la menor, razón por la cual la Fiscalía exigía tres años de presidio para ellas, fueron finalmente absueltas.

Reacciones

El abogado querellante que representó a la madre de la víctima, Sebastián Lafauri, se mostró decepcionado ante el accionar de la Justicia, señalando que la pobre sentencia es un reflejo del desamparo del Estado respecto a la protección de los niños y niñas del país. 

“La verdad es que esperábamos mucho más de la Justicia, pero a su vez lamentamos que el hilo siempre se tenga que cortar por lo más delgado. Lo ocurrido acá es un reflejo de la nula importancia que la Justicia chilena le da, le dio y le seguirá dando a los temas de protección de niños y niñas”, declaró el jurista en Radio Bío Bío. 

Por su parte, José Andrés Murillo, presidente ejecutivo de la Fundación Para la Confianza, una organización sin fines de lucro que trabaja para la prevención y protección infantil frente a abusos sexuales, expresó que no existe nada que “pueda aliviar el dolor de la pequeña Lissette y de su familia”. Pero, claro está, una sentencia justa es capaz de calmar, aunque sea un poco, el sufrimiento de los afectados.  Sin embargo, Murillo, quien además es doctor en filosofía, fue categórico al afirmar que “la gravedad del hecho no se condice con la condena”. Y al igual que el abogado querellante, criticó el rol del Estado al momento de hacer valer la justicia cuando las víctimas son los niños y niñas: “El Estado también debe hacerse cargo, y no solo las personas involucradas directamente”.

Muerte y violencia: la cruda realidad de miles de niños al interior del Sename

La muerte de Lissette Villa desnudó el 2016 la oscura realidad que padecen miles de niños, niñas y adolescentes al interior del Sename. 

El Observatorio para la Confianza, un organismo perteneciente a la fundación dirigida por José Andrés Murillo, cuyo rol es reunir y analizar información sobre la realidad que viven los menores de edad bajo la protección del Estado, publicó el 27 de mayo del 2021 un informe titulado “Muerte bajo custodia”.

El estudio reveló cifras estremecedoras: desde la creación del Sename en 1979, se han registrado 1.836 decesos de personas que estuvieron insertas en programas de la institución. Del total de víctimas, 1.188 corresponden a niños, niñas y adolescentes. 

De acuerdo a los datos de la fundación, entre 2018 y 2020 se produjeron 328 muertes; el 50% de ellas fueron producto de causas violentas. 

Respecto al género de las víctimas menores de edad, el 66% de los fallecimientos corresponde a niños, mientras que el 34% fueron niñas. 

En cuanto a la edad, el 55% de aquellas muertes la sufrieron adolescentes entre 14 y 17 años; el 22%, niños y niñas de 6 a 13 años; y el 23%, infantes de 0 a 5 años. 

La deuda de la Justicia chilena

En julio de 2016, tres meses después de la muerte de Lissette Villa, el fiscal nacional, Jorge Abbott, ordenó a la Fiscalía Regional de los Lagos iniciar investigaciones sobre las presuntas responsabilidades penales de funcionarios del Sename respecto a las muertes de niños, niñas y adolescentes al interior de establecimientos administrados por esta institución. 

En aquella oportunidad se abrieron 347 indagatorias para conocer las circunstancias del fallecimiento de 347 menores de edad que perdieron la vida entre 2005 y 2016. 

Casi seis años más tarde, 322 investigaciones ya se encuentran cerradas y 78 terminaron con sobreseimiento definitivo “por no ser los hechos constitutivos de delito”. Respecto a las otras 25 causas que aún siguen pendientes, la Fiscalía confesó que la gran mayoría de ellas tiene “decisión de término ya adoptada sin imputado conocido”.

Esta información del Ministerio Público fue conocida gracias a una solicitud de Transparencia realizada por La Tercera. 

Hasta la fecha, sólo se han conocido 5 condenas correspondientes a 4 causas. Dos de ellas corresponden a Thiare Oyarce y a Conne Fritz. Las otras tres personas condenadas, en tanto, todas ellas ex funcionarias del Sename, ya cumplieron sus penas. 

La muerte de Lissette Villa fue la única causa investigada por el delito de tortura y apremios ilegítimos con resultado de muerte. A pesar de ello, el Ministerio Público determinó que las culpables podrán cumplir las respectivas penas de 4 y 5 años bajo libertad vigilada intensiva. 

En suma, ninguno de los autores que ha provocado el fallecimiento de alguno de los miles de niños que perdieron la vida al interior del Sename, ha pisado un recinto penitenciario.