#Cuentaregresiva Pandora Papers: El escándalo que involucró a la familia de Piñera y a Carlos Délano por la compraventa de la minera Dominga

En nuestro especial de cuenta regresiva hoy recordamos el caso de los Pandora Papers, un golpe periodístico que reveló los polémicos detalles de la compraventa de la minera Dominga entre la familia Piñera-Morel y uno de los mejores amigos del mandatario, Carlos Alberto Délano. A raíz de este hecho, Piñera enfrentó una acusación constitucional que estuvo cerca de poner fin a su mandato de forma anticipada. Sin embargo, hoy sigue en curso una investigación de la Fiscalía. 

El 2 de octubre del año pasado salió a la luz una investigación periodística que remeció al mundo. El caso fue bautizado como los “Pandora Papers”. 

Se trata de un trabajo del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su nombre en inglés), en el cual trabajaron 150 medios y más de 600 periodistas de todo el mundo. 

La indagación destapó casi 12 millones de documentos financieros que revelaban operaciones en paraísos fiscales para evadir impuestos. 

El escándalo se produjo luego de constatar que al menos 35 líderes mundiales, políticos, celebridades y deportistas estaban involucrados en aquellas transacciones éticamente cuestionables. 

El rey de Jordania, la cantante Shakira y el entrenador de fútbol Pep Guardiola son algunos de los nombres que acapararon las principales portadas internacionales. 

Chile también tuvo a un representante en este vergonzoso listado: nada menos que el Presidente de la República, Sebastián Piñera. 

Así quedó en evidencia tras las publicaciones de Ciper y Labot, los únicos medios chilenos que participaron de la investigación de los Pandora Papers. 

Las coordenadas de este oscuro entramado pasan por la familia Piñera–Morel, Carlos Alberto Délano y el proyecto minero Dominga.  

Carlos Délano y Sebastián Piñera

Piñera y el Choclo

Carlos Alberto Délano es uno de los controladores del Grupo Penta. Pero la razón de su fama es otra. El empresario es reconocido por haber sido formalizado por delitos tributarios y por haber estado involucrado en el financiamiento ilegal de la política.

Pues bien, ese personaje es uno de los mejores amigos del presidente del país. 

Piñera y el “Choclo” se conocieron en la Universidad Católica cuando ambos estudiaban ingeniería comercial. De ahí en más, no sólo fueron grandes amigos, sino también grandes empresarios. 

Y claro, compartieron negocios. Uno de ellos fue Dominga. 

En 2009, la familia Piñera-Morel invirtió en el proyecto minero y se convirtió en la mayor accionista: adquirió el 33,33%. Délano, por su parte, controlaba el 22,73%. 

Carlos Délano, Cecilia Morel y Sebastián Piñera

Antes de seguir relatando esta historia, conviene detenerse y responder a una pregunta: ¿qué es Dominga?

El proyecto minero

El Proyecto Dominga busca emplazar una mina de tajo abierto de hierro y cobre en la localidad de La Higuera, en la región de Coquimbo. 

Pero además, el proyecto contempla la construcción de un puerto para exportar la producción y una planta desalinizadora para utilizar el agua del mar.

¿El problema? Tanto el puerto como la planta serían construidos a sólo 30 kilómetros de la Reserva Nacional del Pingüino de Humboldt, un área ecológica compuesta por 3 islas donde habita el 80% de la población mundial del pingüino de Humboldt. Esta especie está en peligro de extinción.

Proyecto minero Dominga

Por esta razón, el proyecto ha generado un rotundo rechazo por parte de organizaciones medioambientales debido al alto daño que produciría en la fauna de la zona.  

El tercer pago de la compraventa de Dominga 

Volvamos a Piñera. En 2010, cuando llevaba 9 meses de su primer mandato presidencial, Délano compró las acciones del resto de los inversionistas de Dominga –entre ellos, la familia Piñera-Morel– por US$152 millones. 

Parte de esa transacción se concretó en las Islas Vírgenes Británicas. No obstante, ese no fue el detalle que gatilló el escándalo. 

El negocio entre Délano y la familia de Piñera se pactó en tres cuotas. La investigación de Ciper y Labot develó que el último pago –de US$9,9 millones– estaba sujeto a una cláusula que establecía que el lugar donde sería construida la minera no podía ser declarado zona de protección ambiental, pues esa medida habría frenado el proyecto.

Y, ¡vaya coincidencia!, esa decisión estaba justamente en manos del gobierno de Sebastián Piñera; amigo del vendedor y familiar de los compradores. 

Por supuesto, el mandatario nunca implementó aquella medida de protección. De lo contrario, la tercera cuota que recibirían los Piñera-Morel habría quedado anulada. 

En otras palabras, Piñera privilegió el interés económico de su familia y del “Choclo” Délano por sobre el cuidado del ecosistema y la biodiversidad de uno de los santuarios naturales más ricos del mundo. 

Reserva Nacional del Pingüino de Humboldt

La respuesta de Piñera

El hecho acaparó las miradas de toda la prensa chilena. El mandatario estaba obligado a salir a defenderse. 

Desde los patios de La Moneda, Piñera aseguró que la venta de la minera se concretó a través de su fideicomiso ciego “precisamente para evitar cualquier asomo de conflicto de intereses”. 

La guinda de la torta vendría en la siguiente frase: “Como presidente de la República jamás he dejado de privilegiar el interés público, el bien común, por sobre cualquier otro interés”. 

Esas palabras inevitablemente evocan otras: quiebre del Banco de Talca, uso de empresas zombies para eludir impuestos, Caso Chispas, uso de información privilegiada para comprar acciones en LAN, Caso Exalmar, Dominga. 

Pero claro, según él, jamás ha dejado de trabajar por el interés público de Chile. 

Investigación de la Fiscalía 

Cuatro días después del discurso de Piñera, y pese a la férrea defensa de sus ministros, el Fiscal Nacional, Jorge Abott, decidió abrir una investigación de oficio contra el jefe de Gobierno. 

“El Fiscal Nacional ha tomado esta decisión atendido que los antecedentes podían revestir carácter de delito de cohecho, con su correlato de soborno, eventuales delitos tributarios”, declaró la directora de la Unidad Anticorrupción del Ministerio Público, Marta Herrera.

Acusación constitucional

La coletazos contra Piñera no se detuvieron.

El 14 de octubre, diputados de la oposición –desde la DC hasta el PC– levantaron una segunda acusación constitucional contra Piñera, esta vez, a raíz de la polémica condición de la que dependía el tercer pago de la compraventa de Dominga. 

“Las causales de esta acusación constitucional son dos: una, porque el Presidente de la República ha infringido abiertamente la Constitución en relación al principio de probidad. Y en segundo lugar, por comprometer gravemente el honor de la nación”, dijo el diputado PS, Jaime Naranjo, luego de presentar el libelo. 

Fue el mismo Naranjo quien habló por más de 15 horas –la intervención más larga en la historia del parlamento– cuando se discutió la acusación contra Piñera en el Cámara Baja.

Esta epopeya se planeó con el objetivo de ganar tiempo para que Giorgio Jackson pudiera terminar su cuarentena y luego se trasladara al Congreso para que entregara su voto a favor del libelo.

Diputado (PS) Jaime Naranjo

Y así fue: el diputado de RD alcanzó a llegar y la acusación fue aprobada por 78 votos, el mínimo necesario para que pasara al Senado. No obstante, en esta segunda instancia, la iniciativa se cayó, pues no superó el quórum requerido de 29 votos. 

De este modo, Piñera se salvó de ser destituido del cargo más importante del país. No obstante, la investigación de la Fiscalía sigue en curso. Todo esto producto de la revelación de los Pandora Papers, uno de los hechos más bochornosos de la administración Piñera.