Recordando dudosas muertes de activistas ambientales, Boric firma Acuerdo de Escazú a 18 meses de que Piñera lo rechazara

Lamentando los fallecimientos en extrañas circunstancias de Macarena Valdés y Nicolasa Quintremán, el presidente llamó a que el Congreso apruebe con rapidez el tratado internacional que busca garantizar el acceso a la información, la toma de decisiones y la justicia ambiental.

En la mañana de este viernes, el presidente Gabriel Boric concretó la firma del Gobierno en el Acuerdo de Escazú, tratado internacional que busca garantizar el derecho de acceso a la información, toma de decisiones y justicia ambiental.

Este acuerdo, que ya ha sido firmado por 24 países, fue promovido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) e impulsado en su origen por dos naciones: Chile y Costa Rica.

Paradójicamente, dos años después de adoptar el acuerdo en la ciudad costarricense de Escazú, el gobierno chileno declinó firmarlo. Fue en septiembre del 2020 cuando el ex presidente Sebastián Piñera aseguró que el tratado podría complicar al país en cuestiones relacionadas a su soberanía.

“Generará una creciente judicialización de los procedimientos ambientales y planteará un cuadro global de grave incertidumbre jurídica”, decía el documento conjunto de Cancillería y el Ministerio de Medioambiente que confirmó que Chile no suscribiría el Acuerdo de Escazú.

La decisión le valió múltiples cuestionamientos al ex mandatario, y hoy, cuando el presidente Boric revirtió la decisión, también deslizó críticas contra Piñera.

“Nos demoramos mucho, más de la cuenta en firmar este proyecto. Su negociación partió y fue liderada por Chile y Costa Rica y, sin embargo, por diferentes motivos no avanzaba. Hoy enmendamos el rumbo”, dijo el jefe de Estado en el acto oficial en La Moneda.

En ese sentido, Boric destacó el tratado como el “primer acuerdo vinculante del mundo respecto a la protección de los defensores de derechos humanos en materia ambiental en una región en donde esta lucha ya ha costado muchas vidas”.

En ese sentido, el presidente recordó a destacadas activistas medioambientales que protestaron contra la instalación de centrales hidroeléctricas y murieron en extrañas circunstancias, como Macarena Valdés, que fue encontrada colgada en su casa, pero se comprobó que no fue un suicidio; o Nicolasa Quintremán, lamngen pehuenche cuyo cuerpo fue encontrado flotando en las aguas del lago Ralco.

“Como no pensar hoy día en aquellos casos en los que aún la duda nos carcome. Estoy pensando en Macarena Valdés, estoy pensando en Nicolasa Quintremán y quiero mencionar también a Orietta Llauca para que no sea uno de esos casos”, dijo el presidente, haciendo alusión a la abogada mapuche que acusó amenazas de muerte contra su hijo.

Tras firmar el Acuerdo de Escazú, Boric llamó a que los parlamentarios del Congreso, que deben ratificar este tratado, “se la jueguen para que aprobemos esto con rapidez, porque la vida no puede esperar”.