Siches y Estado de Emergencia en Wallmapu: “Nadie quiere a los militares en la zona, pero son elementos necesarios”

La ministra del Interior justificó la medida y señaló que es necesario asegurar el libre tránsito por las carreteras, sin embargo, también dejó al descubierto cómo el oficialismo ha traicionado su discurso al volver a militarizar la denominada Macrozona Sur. La secretaria de Estado admitió que su administración “no quiere ser el gobierno en que un militar mata a un comunero”.

Durante la tarde del martes entró en vigencia el Estado de Emergencia en el Wallmapu, medida anunciada la noche del lunes por el Gobierno y que permitirá que las Fuerzas Armadas vuelvan a ejercer labores de control del orden público, tal como en el mandato de Sebastián Piñera.

Tal como lo ha hecho el resto del oficialismo, la ministra del Interior Izkia Siches ha justificado la decisión del Ejecutivo, argumentando que es necesario asegurar el libre tránsito por las carreteras de la denominada Macrozona Sur, pero, al mismo tiempo, dejó al descubierto cómo el Gobierno ha traicionado su discurso.

“Yo creo que nadie quiere a los militares en la zona. El gobierno tampoco los quiere. Es un consenso dentro de nuestro gobierno, nadie quiere tener que necesitar a las Fuerzas Armadas para resguardar el control del orden público y de los civiles, pero entendemos que son elementos necesarios“, señaló Siches en Mega.

En ese sentido, la secretaria de Estado aseguró tienen claridad de que la militarización no resuelve los problemas de fondo del conflicto chileno-mapuche y manifestó que “nuestro gobierno no quiere un enfrentamiento, no quiere muerte de civiles, no quiere ser el gobierno en que un militar mata a un comunero“.

Esto ha generado críticas desde ambos sectores del espectro político. La derecha cuestiona el carácter acotado que le ha dado el Ejecutivo a la medida, donde los militares solo pueden patrullar caminos principales, y la tardanza en concretarla.

Por otro lado, sectores de la izquierda han rechazado su aplicación y la inconsecuencia del presidente Gabriel Boric, que descartó en campaña y en las primeras semanas de su administración la intervención de Fuerzas Armadas en el Wallmapu.