El hombre de 45 años castigaba a sus tres hijos de 17, 13 y 11, cuando no le hacían caso.
La policía y los servicios médicos intentaron ayudar en vano a los menores que fallecieron, posteriormente, en el hospital.
Se debe a la ley llamada Gran Opinión para la Prerrogativa Concerniente a la Familia Real, que data de 300 años.