El ingenioso hombre se dibuja un par de enormes ojos abiertos en sus párpados para hacer creer al niño que está despierto.
El felino no se da por vencido y realiza varios intentos de acostarse sobre la cinta con diferentes posturas.
Se debe a una molécula llamada “adenosina”, la que se va generando en nuestro cuerpo debido a la actividad cerebral.