La joven intérprete pretende evitar así que los haters opinen sobre su cuerpo.
La mujer se puso siete vestidos, dos pares de zapatos, dos pantalones cortos, una falda y una casaca.
La empresa argumentó de manera ridícula que la ropa que llevaba puesta era "ofensiva" para los demás pasajeros.
La estudiante universitaria lo hizo para protestar en contra de una profesor que la criticó por su forma de vestir.