Los expertos aseguran que el volumen, el diámetro de arriba y el arco de la copa pueden alterar el sabor de la bebida.
Fue reconocido como el último de los sabores fundamentales por la comunidad científica internacional hacia el año 2000.
Una pequeña heladería de Escocia se dedica a elaborar extravagantes sabores y esta es su más reciente creación.